Café Mozart ha sido una de las primeras direcciones de la cultura del café vienés durante más de 200 años. Y es también esta historia la que le da ese ambiente relajado que tanto aprecian los huéspedes.
Durante la época de Biedermeier, se convirtió en un popular lugar de encuentro de artistas. Ha habido un café en este sitio desde 1794. Justo enfrente de la Albertina y cerca de los museos del Palacio Imperial y la Ópera de Viena, hasta el día de hoy este café lleno de tradición combina cultura con buen café.
Historia del Café Mozart
Mucho de lo que hoy en día es famoso en Viena, como la Ópera Estatal de Viena, el museo Albertina o la carretera de circunvalación, aún no existía cuando Georg Pöhlein abrió un café en el llamado Bürgerspitalzinshaus. Enfrente, sobre las ruinas de las fortificaciones de la ciudad vieja, de 1745 se alza el Palacio Taroucca.
Aquí, el duque Alberto de Sajonia-Teschen, yerno de la emperatriz María Teresa, albergó su colección de arte desde 1805 en adelante. A partir de ahí se desarrolló la actual colección gráfica Albertina, una de las colecciones de arte más importantes del mundo, un espléndido vis-à-vis para nuestros huéspedes.
En 1993 la familia Querfeld se hizo cargo del café. Bajo la dirección de la socia principal, Anita Querfeld y su hija Andrea Winkler, se ha restaurado con mucho cariño para recuperar el espíritu tradicional del café vienés.
Desde entonces, Café Mozart se ha convertido en un lugar de encuentro cosmopolita y animado en el centro de Viena, apreciado por todos los huéspedes. Andrea Winkler y su hija Karoline Winkler lo administran con gran alegría y aprecio por este tesoro, que guardan y administran con diligencia.
Curiosamente, el nombre de Café Mozart solo surgió en 1929 en referencia al gran monumento de Mozart cercano, que desde entonces se ha trasladado al parque Burggarten.
Y, curiosamente, el punto culminante en la rica historia del café fue quizás justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando pasaron por allí personas como Graham Greene, Carol Reed, Orson Welles y Joseph Cotten.
La experiencia
No te puedes ir de Viena sin probar sus tartas y el típico café vienes. Al lado de la ópera, no suele haber las colas que hay en otros cafés de la zona. Es un sitio súper céntrico y muy bonito, está cerca del museo Albertina y más sitios de interés.
Eso hace que lo que tomes sea un poquito más caro, pero creo que merece la pena. Yo pedí la tarta sacher y una limonada casera, ambas estaban riquísimas. Es una parada que recomiendo 100% al salir del museo o para hacer un descanso después de patearse la ciudad.
INFO
- Albertinapl. 2, 1010 Wien, Austria
- WEB
- +43124100200
- 4.1 en google
- precios $$$